Entrevista al autor

Héctor Campos Castillo, autor de «Mike Oldfield, la música de los sueños.»

¿Por qué una tercera edición ampliada?
Al agotarse las dos primeras, teníamos la oportunidad de esta tercera. Podíamos haber hecho una reimpresión sin más, pero preferí complicarme la vida, darle un repaso completo al texto y ampliar algunos párrafos. Al mismo tiempo, Philip Newell se leyó por dos veces el libro. Él me fue haciendo comentarios y apuntes muy interesantes. Así que al final nos vimos ambos página a página revisando y ampliando el libro. Los técnicos (tanto de estudio como de grabación o directo) están infravalorados. Pero gracias a su trabajo conocen en profundidad la música y sus secretos. Newell es uno de los más reputados, y sus palabras son como tesoros que no quería dejar pasar. Para mí es un privilegio haber contado con su experiencia.

«Hemos preferido repasar todo el libro y ampliarlo que simplemente reimprimirlo.»

¿Qué ha aportado en esta tercera edición?
El capítulo de Tour of Europe está reescrito con muchos datos nuevos. Es la parte del libro más cambiada y ampliada. Newell descubre las luchas que se produjeron entre los músicos y los organizadores, cómo tuvo que sacar todo su ingenio para grabar unos conciertos en absoluto convencionales, y cómo convenció a Mike de que sus primeras ideas no eran factibles. Es fascinante leer sus palabras que te ponen detrás de los mandos de las mesas de mezclas, te metes dentro del concierto, para desvelar los secretos que el público nunca ve, cómo tuvo que afrontar desde el incendio de la mesa de mezclas hasta los contratos, cómo grabaron en secreto los conciertos y tuvieron que ingeniárselas para que nadie se diera cuenta… ¡Incluso cómo tuvo que aplacar a un guarda de seguridad! Los pequeños y grandes problemas contados desde dentro y en primera persona, es apasionante. Es uno de mis capítulos preferidos, porque además fue la primera gira de Mike Oldfield, es Historia.

¿Otro capítulo ampliado?
Mientras Newell se leía el libro, estaba en contacto con Tom Newman, y juntos fueron recordando tiempos pasados. Gracias a Newell contacté con Tom Newman. Éste me pidió que le mandara un libro autografiado, que hice muy gustosamente. A raíz de ahí he mantenido contacto con Newman y pude conseguir nuevos datos. Así fuimos descubriendo el verdadero nacimiento de las ediciones cuadrifónicas de Tubular Bells, gracias a que el año pasado Newman encontró unas fundas olvidadas. Newell recordó cómo y por qué se crearon las versiones cuadrifónicas de los tres primeros discos de Mike Oldfield. El capítulo de Boxed, por lo tanto, también ha sido reescrito y profusamente ampliado. Fue el inicio de las grabaciones envolventes, por lo que de nuevo es algo histórico. Que sean los mismos técnicos quienes lo cuenten en primera persona era muy importante para mí. Newell narra paso a paso cómo remezcló Tubular Bells, la actitud de Mike, por qué recuperó el ahora famoso Sailor’s Hornpipe borracho, etc.

¿Qué otras novedades tiene esta edición?
Se han añadido párrafos nuevos sobre la grabación de Tubular Bells, Incantations, el SACD de Tubular Bells y Tubular Bells 2003. Por otro lado, cuando se terminó de leer el libro, Newell me dijo que echaba en falta un índice de términos. Así que lo he incluido. Eso, junto con los índices discográfico y de giras, intenta convertir el libro en una especie de manual práctico. También se han añadido años de referencia a cada capítulo en el índice, para que sea más fácil su ubicación cronológica. Pero en general, está salpicada de pequeños añadidos y correcciones por todo el libro. Además, hay fotografías nuevas y documentos inéditos, parte de ellos gracias a (de nuevo) Newell, como sendas fotografías de The Beacon tomadas durante la grabación de Ommadawn.

«La nueva edición tiene 640 páginas y nuevas imágenes. Ha sido revisada página a página por Philip Newell, con la ayuda de Tom Newman.»

¿Has contactado con más gente para esta tercera edición?
Por unas de esas coincidencias de la vida, Sérgio Castro (de la discográfica que editó el disco de Tom Newman Snow Blind) encontró el año pasado decenas de discos olvidados en un almacén. Me puse en contacto con él y me contó en primera persona el nacimiento de ese disco, un clásico con fantásticos músicos, como Snowy White (un guitarrista portentoso que ha trabajado en Thin Lizzy y en los directos de Pink Floyd y Roger Waters, entre otros), David Gilmour (sobran presentaciones), Steve Broughton (batería de Tubular Bells), Maggie Ryder (vocalista en Earth Moving) o el mismo Mike Oldfield, por supuesto. Aprovecho para recomendar este disco, que se puede comprar aquí. 

Newell te ha abierto muchas puertas.
Su entusiasmo ha sido increíble durante todo este tiempo. Contacté por primera vez con él hace ya siete años, cuando le entrevisté en persona en Madrid en 2013. Posteriormente le mandé varios capítulos del manuscrito para que viera que «la cosa iba en serio». Y le entusiasmó. Durante todos estos años ha estado a mi lado, nos hemos escrito prácticamente cada mes o cada semana. En los días más intensos, cada día. Me dijo que lo hizo porque vio que realmente merecía su tiempo y atención. Eso significó mucho para mí. No sólo es un profesional admirable, sino una persona muy interesante y amable. Ha publicado varios libros que hoy son auténticas referencias sobre grabación musical, así que su experiencia ha sido muy valiosa en muchos campos de trabajo (e incluso personalmente).

«Siempre que era posible, acudía a la fuente primaria. Pero a veces ni los propios protagonistas recordaban todo con claridad y tenían que recurrir a sus archivos personales.»

¿Cuánto tiempo has necesitado para esta nueva edición?
Empezamos prácticamente a trabajar desde que salió la segunda. Tenía que verificar los datos y las historias (y descartar muchas leyendas). El libro original ya tenía 600 páginas, y no quería que se convirtiera en un “Quijote”. Esta tercera edición tiene 640 páginas. Finalmente, envié todos los cambios a Newell para recibir su aprobación. Él pedía cambiar alguna palabra (es muy meticuloso, lo cual me encanta) y quería comprobar que la traducción fuera la correcta, así que había que volver a corregir y recibir su aprobación. Ha sido un trabajo, pues, bastante arduo.

Ya la primera edición te llevó muchos años…
Hay que tener en cuenta la cantidad de datos manejados de hace tantísimo tiempo; ni los propios protagonistas recordaban todo con claridad. Tenían que acudir a sus diarios o archivos personales. Pero creo que ha merecido la pena, pues la información está tomada de primera mano y contada en primera persona. Eso para mí era muy importante. Para conseguir un dato aparentemente nimio intenté ir a la fuente primaria, siempre que era posible. Por ejemplo, para saber cómo se hizo la presentación de The Songs of Distant Earth en Madrid, escribí a la empresa española que se encargó del montaje audiovisual. Ellos mismos se sorprendieron, pues no quedaba nadie que hubiera trabajado en aquella época. Tuvieron que buscar en sus archivos y encontraron sólo un pequeño vídeo (que me mandaron) y una escueta nota de prensa. Tardamos una semana para un dato que, en el libro, sólo ocupa un par de líneas.

No se ha cambiado la portada.
No se ha cambiado porque el libro es el mismo en esencia. La idea de la portada fue mía, sobre la base de una fotografía que hice durante la presentación de Music of the Spheres en Bilbao. Quería hacer el libro lo más personal posible, con fotografías propias o de amigos, pero todas de gran calidad, y todas también cedidas muy generosamente por sus autores expresamente para este libro, incluyendo una foto hecha por Simon Heyworth, con quien también hablé. Sobre la foto de la portada, me gusta la serena mirada de Mike, su sonrisa plácida de seguridad. Una especie de reivindicación de la madurez. También quise añadir los elementos básicos de una guitarra, su verdadero instrumento. Hemos añadido en la contraportada un nuevo fotomontaje sobre sendas fotografías de Ángel Valero, con un paisaje que seguro que los oldfieldianos más fieles reconocerán al instante. Todo tiene un significado. El equipo de diseño de la editorial consiguió después un resultado final muy elegante. Cuando Newell lo recibió en Gales, me dijo que a todos los que veían el libro en su casa les encantaba la cubierta.